En la actualidad, la globalización, y en particular en la industria alimentaria, el demostrar la calidad de los productos y la seguridad de estos al consumidor (productos inocuos) exige que estos sean analizados mediante procedimientos analíticos estandarizados que puedan cumplir con la normatividad del país o la región para la que están destinados.
La ley federal sobre metrología y normalización define acreditación como el acto por el cual una entidad de acreditación reconoce la competencia técnica y confiabilidad de los organismos de certificación, de los laboratorios de prueba, de los laboratorios de calibración y de las unidades de verificación para la evaluación de la conformidad (DOF, 2009).
Tomando en cuenta la definición anterior, se nos habla de un organismo con la capacidad de otorgar un reconocimiento basado en una normatividad específica, en este caso, la norma ISO 17025:2017, para demostrar la competencia de los laboratorios de prueba que son sometidos al escrutinio por el mismo.